En la actualidad apenas 600 personas viven de forma estable en
los municipios de la Bal d’Onsella, aunque la población puede triplicarse
en la temporada veraniega. Después de la notable despoblación
que sufrió el territorio a partir de la década de los 60, se ha
observado en los últimos tiempos cierta recuperación y estabilidad.
Sin embargo la pirámide de población indica un progresivo envejecimiento
y plantea serios interrogantes sobre el futuro del valle.
Se trata de un porvenir indefectiblemente unido a la economía de
las regiones de montaña del país y que está plagado de incertidumbres.
La agricultura tradicional, aunque de calidad, no es solución
para todos. Otras formas de producción, en un lugar tan remoto, no
parecen muy viables y, si lo fueran, podrían suponer una amenaza
definitiva a todo lo que hace de la Bal d’Onsella un lugar especial y
diferente. Queda por ver si el turismo y otras actividades vinculadas
a los servicios pueden ser garantía de sostenibilidad. De un modo u
otro, un territorio como éste no debería ser abandonado a su suerte.
Desde el convencimiento que malograr espacios naturales y culturales
tan valiosos sería imperdonable, este libro quiere ser a la vez
homenaje a la Bal d’Onsella y aliento para que la sociedad aragonesa
y los poderes públicos se comprometan con su futuro.
Amanece en el valle.
Bal